HISTORIAS SOLIDARIAS

Más compañeros se han animado a contarnos una historia de solidaridad, aquí las tenéis:

GONZALO

VIOLETA

Cuando mi madre era pequeña, su madre trabajaba para que ella y sus dos hermanas pudieran comer, estudiar, etc.

Mi abuela conocía a una chica gitana, que tenía muchos hijos; a los 19 ya tenía tres.

Mi abuela, al mes, le daba una cesta con comida, ropa, etc., para ella. Y además, en Navidad, también le hacía un aguinaldo, que es una cesta de Navidad con productos navideños (turrón, nueces, polvorones, piñones...).

Después de un tiempo, mi abuela murió.

Y esta chica, que ya es mayor, siempre le deja flores en la tumba, todavía en la actualidad.

IRENE