CAROLINA
EDU
BLANCA
Un día
después de clase, fui al parque y me encontré un gato que estaba en muy
malas condiciones. Estaba muy flaco, lo habían atropellado y tenía la cola
rota. Pensábamos que estaba ciego porque no abría los ojos, pero estábamos
equivocados. Noté que se encariñaba mucho conmigo y decidí llevármelo a mi
casa. Después de comer lo llevamos al veterinario, lo vacunaron y le
hicieron más pruebas. Cuando terminamos, lo llevamos a mi casa y fuimos a La
Mezquita, donde le compramos muchas cosas. Al cabo de un tiempo se acostumbró a
estar allí, pero cuando empezó a coger confianza empezó a destrozarnos el
árbol de navidad, arañó el sofá... Y esta es mi historia solidaria.
TAMARA
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